“La resurrección de Cristo no sólo nos ofrece la certeza de la vida más allá de la muerte, sino que también nos muestra el verdadero significado de la muerte. Morimos como vivimos: si nuestras vidas se vivieron en unión amorosa con Dios, seremos capaces de abandonarnos con serenidad y confianza en sus manos en el momento de nuestra muerte. Nuestro Señor dice con frecuencia que estemos atentos, sabiendo que nuestra vida en este mundo es una preparación para la vida futura.”
Papa Francisco
27 de noviembre 2013
El Cristo Resucitado en medio de nosotros es el "primogénito de entre los muertos" (Col 1,18). A través de la luz de su resurrección, nuestra comunidad parroquial pueden ofrecer esperanza, cuidado y cercanía a los que lloran la pérdida de un ser querido.
Se anima a los feligreses llamar al sacerdote de la parroquia cuando un miembro de la familia esta agonizando o ha muerto, incluso antes que al director de la funeraria o el administrador del cementerio para hacer los arreglos del funeral.
Los sacerdotes pueden ofrecer consuelo y orientación sobre la Misa Funeral y entierro.
El personal de la Oficina Parroquial puede ayudar a coordinar las lecturas de la Misa de Funeral y la música. También hay miembros de la comunidad parroquial que acompañan a la familia con oraciones o servicios de vigilia si es que lo solicitan.
Los feligreses que deseen acompañar a los dolientes pueden ayudar de las siguientes maneras:
Por favor, oren por las almas de todos los fieles difuntos de la parroquia, especialmente aquellos que han pasado recientemente a la vida eterna.